Luis Cernuda
El 21 de septiembre del año 1902 viene al mundo en Sevilla Luis Cernuda Bidon, hijo de padre militar, el coronel de ingenieros Bernardo Cernuda Bousa de origen puertorriqueño, y de madre sevillana, Amparo Bidon y Cuellar.
El padre del futuro poeta fue un hombre severo en la educación de sus hijos, Luis y dos niñas, y tanto el poeta como sus hermanas poca ternura tuvieron por esa parte.
El joven Luis empieza a temprana edad a conocer la poesía por medio de Bécquer.
A los doce años hace el bachillerato en San Sebastián, y en 1918 alumbra los poemas que se recogen bajo el título de Perfil en el aire.
Un año después entra en la Universidad de Sevilla en donde tendrá, como profesor de Literatura, a Pedro Salinas, quien, más adelante, influiría notablemente en él para que se dedicara a la poesía.
Hombre de gran sensibilidad, el hecho de ser homosexual, le convierte en un rebelde primero y luego, en sus propias palabras, en “un inadaptado”, pero no reniega de ello ni se oculta, teniendo el valor, en aquella época y durante el resto de su vida, de mostrarse tal cual es.
En 1920, su padre fallece y cinco años más tarde, Cernuda consigue el título de abogado, carrera que, por cierto, nunca llegó a ejercer.
En esa época conoce, casualmente, a Juan Ramón Jiménez.
Publica sus primeros versos en La Revista de Occidente, posteriormente, y en un viaje a Madrid, entra en contacto con el mundillo literario de la llamada Generación del 27.
Publica Perfil del aire y escribe Égloga, Elegía y Oda.
Al fallecer su madre en 1928, vende la casa que le ha servido de hogar y se traslada a vivir a Madrid.
Luego, por mediación de Pedro Salinas irá a Toulouse como lector de español.
En Francia, en París concretamente, descubre la poesía surrealista que le influye durante una larga temporada, y traduce a poetas franceses.
Los placeres prohibidos, 1931, es de clara tendencia surrealista, después volverá a sus fuentes primeras, Gustavo Adolfo Bécquer, y sigue escribiendo poesía.
La revista Octubre, que dirige Alberti, le introduce en la ideología comunista, y a partir de 1934 participa en labores pedagógicas culturales por los pueblos españoles.
Llega 1936, año muy prolífico en su producción poética, se incorpora el mes de julio en París, a la embajada, en calidad de secretario del embajador Álvaro de Albornoz, pero regresa a Madrid dos meses más tarde, y se hace voluntario de las Milicias Populares en la Sierra de Guadarrama, un año después se traslada a Valencia y al siguiente Stanley Richardson, amigo suyo, consigue los permisos para que vaya a Inglaterra como conferenciante, y desde entonces no vuelve a pisar el suelo de su patria, iniciándose para él una existencia en la que se alternan tanto la obra poética como las clases que imparte entre Inglaterra y Escocia primeramente, y luego Norteamérica y México.
Una especie de beca, o ayuda económica, concedida por el Colegio de México hace posible que en el período comprendido entre el 53-55, pueda dedicarse a la poesía.
Sus actividades culturales no decaen, en ningún momento, después de esa fecha, así como tampoco su obra que surge incansable e inspirada con numerosos y conocidos títulos, así, hasta 1963 en que el 5 de noviembre fallece en México de un ataque al corazón, en la casa de una amiga en donde residía.
Homosexual y de ideas liberales, fue enterrado con todos los honores, en el Panteón Jardín de México, país del que se había enamorado, mientras que en su patria pocos le recordaban, silenciándosele hasta el punto de que muchos de entre las nuevas generaciones, ignoraban, o no sabían con exactitud, quien era Luis Cernuda.
Dejó varias obras póstumas: Ocnos, Poesía y Literatura II y La palabra edificante.
Luis Cernuda alternó su labor poética con las traducciones de otros vates como, por ejemplo, Keats y Hölderling, ya que se hermanaba en sus tendencias románticas, y también escribió ensayos literarios que se publicaron en prensa mexicana como Excelsior y Novedades.
Antes de estallar la Guerra
Civil española, fue amigo de los grandes poetas de su época, entre los que
se contaba Federico García Lorca, entre otros.
© 2002 Estrella Cardona Gamio
